El renacimiento de la esperanza
Un nuevo amanecer para Venezuela
«En cada nuevo amanecer yace la
oportunidad de renovar la esperanza que creíamos perdida»
Me rehúso a permitir que me expropien la esperanza. Dicen que es «lo último que se pierde» pero yo tengo la esperanza de nunca perderla. Por eso digo NO.
Digo NO a aquellos que han usurpado el poder en Venezuela y
saben que, mientras haya un destello de esperanza, su integridad y sus
posesiones están en peligro. Los comprendo y tengo la certeza de que seguirán
haciendo lo imposible por erradicar la esperanza de nuestras mentes.
Digo NO a aquellos que afirman que María Corina no es la
líder de la oposición porque cada dirigente es líder de su propio grupo. Aunque
no discuto este último punto, todos los que participaron en el proceso y
aquellos que no lo hicieron, pero tienen un ápice de dignidad, deben aceptar el
liderazgo de quien ha trazado un camino que, según su afirmación, llevará hasta
el final, y a quien el pueblo mayoritariamente ha dado su respaldo.
Digo NO a aquellos que han perdido la esperanza y tratan de
que los demás también la perdamos. Entiendo sus motivos, pero he leído mensajes
del tipo "los comunistas no salen con votos". Mientras sigamos
creyendo en estos paradigmas y difundiéndolos, más se fortalecerán. Nadie ha
dicho que sea fácil; María Corina conoce la dificultad y los riesgos a los que
nos enfrentamos, comenzando por ella misma. Si crees que es imposible, por
favor, déjanos intentarlo a aquellos que creemos que es posible, por difícil
que parezca. Una de las normas que rigen mi vida es: "si no lo intento,
nunca lo lograré; si lo intento, es posible que lo logre". En esa norma se
fundamenta mi esperanza.
María Corina no es una líder que ha llegado a su posición
solo por su carisma. Tampoco es un mesías. Ha ganado la aceptación del pueblo
opositor paso a paso y sin temor. Es una líder preparada, empática, con un
propósito claro, firme en sus convicciones y valiente. Posee una combinación de
atributos que muy pocos tienen.
Si no estás de acuerdo, déjanos intentarlo. Siempre serás
bienvenido a unirte en este intento de recuperar lo que nos expropiaron.