jueves, 5 de noviembre de 2015

Diez años después...




Diez años después...

A: Daniel Andrés

Noviembre 5, 2015





Diez años después,
vuelvo a vivir la emoción,
vuelvo a sentir la ilusión
del milagro de nacer


Vuelvo a reír, vuelvo a saltar, vuelvo a jugar, vuelvo a vivir


Diez años después,
vuelvo a pensar en mañana,
vuelvo a fijar la mirada
en lo que ha de ser


Vuelvo a despertar , y de nuevo amar


Diez años después,
vuelvo a sembrar añoranzas,
sueño en borrar las distancias
como ayer


Vuelvo a soñar, vuelvo a esperar








viernes, 17 de julio de 2015

Las fobias del régimen

Una fobia (del griego Fobos: pánico) es un trastorno de salud emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas. Es evidente que el régimen, y quienes lo representan, tienen un miedo intenso a muchas situaciones, especialmente miedo a ser derrotados (1) porque ese día, que sin duda llegará, se harán evidentes todos los delitos que han cometido para evitarlo.

El gran problema de las fobias es la reacción de quien las sufre, ya que pueden paralizarlo o incitarlo a acciones, usualmente violentas. Una bestia asustada es sumamente peligrosa. En el caso que nos ocupa, ha quedado suficientemente demostrado que ninguna acción es suficiente, desde las ya conocidas trampas para ganar elecciones con menos votos que la oposición, hasta el aniquilamiento físico o moral del adversario, pasando por toda clase de violaciones a la Constitución y a los Derechos Humanos.

Pero esa no es la única fobia; hay muchas otras que se relacionan. Ellos, por ejemplo, le tienen terror a la mujer (2), en especial a aquella que no se doblega, que es la mayoría. Es triste ver que esta fobia la sufren también las mujeres del régimen quienes, desde las trincheras del poder temporal y la impunidad, arremeten inclementemente contra sus pares.
La aversión a la libertad (3), es una de las más notorias y por eso pretenden acuartelarnos física y psicológicamente. Le tienen terror a los números (4) y eso les lleva a impedir que conozcamos las cifras económicas y las otras cifras que indicarían claramente cuáles son los resultados de diez y seis años de destrucción. La aversión a investigar (5) le ha pegado muy duro a la Asamblea, al Contralor y a todos los organismos de investigación, quienes se han dedicado a inventar expedientes a quienes pueden derrotarlos. El temor a la justicia (6) ha calado profundamente en los huesos de quienes deberían impartirla, convirtiéndolos en títeres que sólo esperan que desde arriba muevan las cuerdas que los activan. Nuestros humoristas han sido víctimas de la aversión a la risa (7) por parte de quienes sólo aceptan que el tirano se ría de nosotros.

La aversión que sienten hacia la propiedad (8) y la riqueza (9), no la de ellos por supuesto, el trabajo (10), el progreso (11) y la responsabilidad (12) son la causa de las arremetidas en contra de los empresarios que tratan de sobrevivir y que han demostrado hasta la saciedad que son los únicos capaces de abastecer los vacíos anaqueles que son una vergüenza para el régimen.

Nuestros brillantes jóvenes se nos están yendo y han pasado a ser protagonistas del progreso de otros países, a causa de la aversión del régimen al conocimiento (13), a las ideas (14), al pensamiento (15), y sobre todo a los sueños (16), por parte de quienes prefieren la mediocridad y el pensamiento único para poder así perpetuarse.
El refugio espiritual de la mayoría de nuestro pueblo también ha sido víctima de los embates del régimen a causa de su aversión a la Iglesia (17) y a la religión (18), llevándolos al extremo de colocarse por encima de lo divino. Hubo incluso un episodio de aversión al Papa (19) que devino en un severo caso de otitis.

Su profunda aversión a los recuerdos (20) los ha llevado a cambiar la historia y a manipular la conciencia colectiva a su conveniencia, pero lo que nunca podrán cambiar es un futuro en democracia, porque el pueblo venezolano también sufre de una fobia muy especial, la aversión a los tiranos (21), y sin duda hará lo necesario para retornar a la senda que nos corresponde.

Nombre de cada una de las fobias citadas en este artículo:

(1)        Kainofobia: Miedo a ser derrotado
(2)        Ginefobia: Miedo a las mujeres
(3)        Eleuterofobia: Aversión a la libertad
(4)        Aritmofobia: Aversión a los números
(5)        Anablefobia: Aversión a investigar
(6)        Diquefobia: Aversión a la justicia
(7)        Geliofobia: Aversión a la risa
(8)        Ortofobia: Aversión a la propiedad
(9)        Plutofobia: Aversión a la riqueza
(10)     Ergasiofobia: Aversión al trabajo
(11)     Prosofobia: Aversión al progreso
(12)     Hipengiofobia: Aversión a la responsabilidad
(13)     Epistemofobia: Aversión al conocimiento
(14)     Ideofobia: Aversión a las ideas
(15)     Fronemofobia: Aversión al pensamiento
(16)     Onirofobia: Aversión a los sueños
(17)     Clesiofobia: Aversión a la Iglesia
(18)     Teofobia: Aversión a la religión
(19)     Papafobia: Aversión al Papa
(20)     Mnemofobia: Aversión a los recuerdos
(21)     Tiranofobia: Aversión a los tiranos

domingo, 7 de junio de 2015

Otitis crónica

Existen dos tipos de Otitis. La primera, la de verdad, consiste en una infección del oído medio que puede traer graves consecuencias, como la sordera crónica, si no es bien tratada. La otra tiene que ver con el amplio repertorio de excusas que usan los estudiantes para no ir a clases, o los adultos para faltar al trabajo o a una reunión que quieren evitar, o para no montarse en avión, por sólo citar algunos ejemplos. En el caso que nos ocupa, que no voy a decir cuál es porque ustedes saben, yo tengo la certeza de que se trata del segundo tipo. Es, sin duda, un caso severo de Otitis crónica que ha derivado en sordera crónica, o viceversa, como mejor les parezca, de los que han sido catalogados coloquialmente como “no hay peor sordo que el que no quiere oír”.

No quiero parecer superficial, y tengo muchas razones que justifican mi certeza. En primer lugar, se trata de alguien que tiene años oyendo sólo cuando le conviene. Sus allegados saben muy bien que tiene el oído afinado para escuchar halagos. Basta que digas algo que no le guste para que, o se haga el loco, o te mande poner preso en el mejor de los casos, y esto último no es porque te escuchó sino porque sus dueños le pasaron un papelito con la sentencia ya cocinada. Por otra parte, es impresionante el número de gente, dentro y fuera del país, que le solicita que rectifique, que tome acciones contrarias a su naturaleza en cosas simples tales como respetar los derechos humanos, y él nada, no escucha, es sordo.

Lo último, ya conocido por todos, es que se iba a encontrar cara a cara con una persona a quien él teme profundamente, y ¡zas!, finalmente confesó lo de la Otitis, aunque realmente ha debido confesar la sordera ya mencionada, pero no se atrevió a llegar tan lejos. Era el momento de escuchar verdades,  pero un “revolucionario” que se respete no está para esas cosas. Sólo debe enfocarse en mantener el poder a toda costa, incluso de la vida de quienes se han atrevido a hablar y, para lograr ese objetivo, escuchar verdades puede ser muy peligroso.


Por eso, todos los que padecemos penurias  a causa de esa sordera, debemos gritar más alto. Sabemos que él no va a escuchar, pero los que le pasan los papelitos sí que escuchan, y el mundo también escucha. No podemos evitar que él se haga el sordo, pero si estamos en capacidad de alzar nuestra voz, tan pero tan alto, que alguien tenga que escuchar.

viernes, 3 de abril de 2015

El hombre nuevo y el hombre libre

La idea del hombre nuevo no es nada nueva. Fue propiciada en la extinta URSS, promovida con fervor por un barbudo criminal en serie, y revitalizada por quienes hoy nos desgobiernan. Sus principios, algunos de ellos muy nobles en el papel, deben ser impuestos a costa de exterminar al hombre libre, al que piensa distinto, al que de forma responsable obedece a su conciencia y no a lineamientos impuestos. 

Después de 15 años, ya tenemos una clara idea, con base en las evidencias, de lo que es el hombre nuevo. Lo vemos todos los días en la calle y en los medios de comunicación.
  • El hombre nuevo es el bachaquero  que acapara para especular y llenarse los bolsillos a costa del hombre libre, quien sigue intentando ganarse la vida con el fruto de un trabajo digno y productivo.
  • El hombre nuevo es el militar y el paramilitar, ellos se confunden, que extorsiona, acosa, amenaza, reprime, tortura y asesina al hombre libre que sólo quiere expresar sus ideas de libertad.
  • El hombre nuevo es aquel que escucha y repite el discurso de quien le paga por hacerlo, en las Asambleas, en los medios, en los tarantines rojos e incluso en la intimidad de sus hogares, para mentir, humillar y despotricar del hombre libre que sólo escucha a su conciencia.
  • El hombre nuevo es el corrupto que se llena los bolsillos a costa del erario público, impidiendo que el hombre libre tenga acceso a salud, educación y servicios públicos de calidad.
  • El hombre nuevo es el burócrata, a cualquier nivel, que reclama su cuota de corrupción a costa del hombre libre que requiere de un trámite.
  • El hombre nuevo es el incapaz con poder para destruir las instituciones que el hombre libre construyó.
  • El hombre nuevo es el que esconde y manipula el pasado para apropiarse del legado cultural que edificó el hombre libre.
  • El hombre nuevo es el delincuente que atraca, secuestra y asesina al hombre libre, al amparo y con la complacencia del hombre nuevo que hoy detenta el poder.
  • El hombre nuevo es el que usa y adoctrina a los niños y adolescentes, infundiendo de esa manera el terror en el hombre libre que desea que sus hijos crezcan en libertad.
  • El hombre nuevo es el que hace el mal a cualquier nivel y culpa de ello al hombre libre que desea un futuro de bien.

El hombre nuevo en resumen, es el que promueve el odio usando la palabra amor, el que excluye usando la palabra inclusión, el que oprime usando la palabra libertad, el que miente usando la palabra verdad, el que destruye usando la palabra construir, el que vende su patria usando la palabra soberanía, el que promueve la violencia usando la palabra paz; el que, a fin de cuentas, sólo busca atornillarse en el poder usando la palabra democracia.

martes, 10 de marzo de 2015

Si yo fuera uno de ellos…

Si yo fuera uno de ellos... me imagino que no podría conciliar el sueño, con todas las consecuencias físicas y emocionales que eso conlleva.

Si yo fuera uno de ellos... estaría muy preocupado, e incluso asustado, porque mi nombre se encuentra grabado en una lista deshonrosa, que será recordada para siempre y que tendrá consecuencias a su debido tiempo.

Si yo fuera uno de ellos... no dejaría pensar en cómo mi situación afecta a mis seres queridos, en especial a mis hijos.

Si yo fuera uno de ellos... me sería harto difícil disimular la vergüenza que siento, más aún cuando me apuntan los focos de las cámaras. Supongo que mi rostro reflejaría lo que refleja el de ellos.

Si yo fuera uno de ellos... mi preocupación aumentaría cada vez que el gran culpable, y los grandes cómplices, intentaran defenderme, porque sé que lo que hacen es hundirme más y más.

Si yo fuera uno de ellos... trataría de pensar en la forma menos dolorosa de terminar con esta pesadilla, sabiendo que tengo dos opciones claras: aferrarme hasta donde pueda al gran culpable o abandonarlo en un intento de limpiar mi nombre. Difícil dilema el que tendría. Sabría que hay otras opciones, pero no me atrevería ni a pensar en ellas.

Si yo fuera uno de ellos... me sentiría impotente, al saber que mi futuro, mi nombre, mis posesiones, y la “tranquilidad” de mis seres queridos, dependen de la continuidad en el poder del gran culpable.

Si yo fuera uno de ellos... no quisiera ni pensar en todos los que han vivido situaciones similares y al final, a veces más temprano, a veces más tarde, han sido o serán sentenciados por la justicia, la humana, la divina o ambas.

Si yo fuera uno de ellos... me atrevería a averiguar de una vez por todas de que trata el tan cacareado “Estatuto de Roma”.

No soy uno de ellos. Sólo soy una víctima más que ha sufrido, en carne propia y ajena, todas y cada una de las violaciones a los Derechos Humanos que se han cometido en el país, en nombre de una revolución que conduce a la miseria al pueblo que dice amar y le da unos inmensos, pero temporales beneficios, a quienes se aprovechan de ella.


sábado, 21 de febrero de 2015

Mi pobre y sufrido voto


Mi voto sólo tiene el precio que le fije mi conciencia. Sin embargo, él tiene que competir con votos que son canjeados por motos, por pensiones, por cédulas, por electrodomésticos, por amenazas.

Mi voto solicitó la revocatoria de aquel que traicionó a su uniforme y a su patria, y se ganó con eso un puesto en la ignominiosa lista que aún discrimina a millones de compatriotas que cometimos el delito de seguir un camino que nos brinda la también pobre y sufrida Constitución.

Mi voto sirvió para rechazar de plano el llamado socialismo que propugnan los esbirros y, de forma fraudulenta, me impusieron por otras vías lo que mi voto les negó.

Mi voto ayudó a conformar una mayoría indiscutible para la Asamblea Nacional y ellos, a través de sus operadores electorales, nos robaron esa mayoría. No contentos con eso, y en la mejor tradición de ¿cuánto vale un juez?, se han dedicado a ponerle precio a los traidores cuya conciencia se mide en términos de dinero, o de prebendas.

Mi voto sirvió para elegir a María Corina y ellos la han humillado, la han golpeado, y la despojaron de la representación que le otorgó el sector de los ciudadanos que ellos no reconocen. Hoy esa representación la ostenta un joven que decidió seguir el ya trillado camino de la traición, mientras nuestra digna y valiente Diputada nos sigue representando en escenarios distintos al que le otorgamos. Asumo que es la próxima en la lista.

Mi voto sirvió para elegir y reelegir a Antonio, y ellos lo despojaron de forma inconstitucional de la mayoría de sus atribuciones, del presupuesto que le corresponde, y hoy acudieron al ya conocido método de secuestrarlo para luego inventarle delitos que sólo existen en la mente estratégica de los titiriteros cubanos que gobiernan al usurpador que dice gobernarnos.

Mi voto ha tenido la intención, siempre, de que nos permitan vivir en democracia y en libertad con responsabilidad. Sin embargo, muchos que piensan igual, hoy ya no están con nosotros, o sufren los rigores de la prisión, de la tortura, del exilio.

Mi voto, a pesar de todo lo que ha sufrido, es codiciado por muchos, pero él sólo quiere representar en estos difíciles momentos, no a una persona, sino a un sentimiento de unidad que nos conduzca a la transición que propugna el maravilloso documento que hoy es considerado como prueba de conspiración. De ser así, confieso ante todos que mi voto es conspirador.

Mi voto no es sólo mi voto. Es mi rostro, es mi nombre, es mi número de cédula, es mi firma, es mi sangre, y a pesar de haber sido tan vapuleado seguirá siendo todo eso. Venezuela, el futuro de nuestros hijos y nietos, bien vale un voto. Llegará el día en que mi voto volverá a recuperar su dignidad, no importa si forma parte de la mayoría o de la minoría, porque de eso se trata la Democracia.

sábado, 24 de enero de 2015

Cuentos y cuentas de la memoria

Después de unas largas y muy merecidas vacaciones familiares visitando a los panas, finalmente se paró a dar su discurso de memoria y cuento. Como este es el gobierno de las palabras, y con la ayuda de la tecnología, me dediqué a contar las palabras que usó para contar sus cuentos.

En primer lugar, pude constatar que disparó un total de 16.782 palabras para decir muy pocas cosas. El 47% de esas palabras fueron pronombres, adverbios y proposiciones, lo que, según los que saben de eso, yo no sé nada por si acaso, denota una gran pobreza en el lenguaje, sólo comparable a la gran pobreza en que ha sumido a este sufrido país.  

Como es usual, las palabras relacionadas con “socialismo” y “revolución” superaron ampliamente, 45 a 18, a las relacionadas con “democracia” y “constitución”.

Mencionó 4 veces a Diosdado y 2 a Dios. No me interesa la opinión del primero, pero el segundo, gracias a la intermediación de Laureano, ya expresó muy claramente la suya. Al galáctico lo mencionó 35 veces y, demostrando que los silencios pueden ser más contundentes que las palabras, no se dignó a mencionar a Fidel, a Raúl, ni a Cuba, creo que por primera vez en una cadena presidencial desde hace muchos años. A Obama lo mencionó 3 veces.

Habló 6 veces de “abastecimiento” y el mismo número de “seguridad”, pero nunca mencionó “desabastecimiento ni “inseguridad, demostrando una vez más su profunda conexión con la realidad del país. Dijo “no” 133 veces. Se refirió a “elecciones” en 13 oportunidades. Dijo “control” en  8 ocasiones y “libertad” una sola vez, por cierto en referencia al “clima de libertades” que vivimos los venezolanos. Pronunció “yo” 86 veces y “nosotros” 32.

Nunca mencionó la palabra “mentira”, pero dijo muchas, muchísimas. Una de ellas se refirió a ese pobre señor que capturaron después de hacer 300 compras en 15 días. Ustedes me van a disculpar, pero a ese caballero, en lugar de someterlo al escarnio público, deberían nominarlo al libro Guiness, después de haberse calado 20 colas diarias durante toda una quincena. Si suponemos que dedicó 8 horas diarias a descansar, comer y hacer sus necesidades, este superhombre hizo  300 colas a un promedio de  42 minutos por cola, echando por el suelo la perversa teoría de que los venezolanos nos pasamos varias horas al día en una sola cola.

Toda esta sarta de mentiras fue apoyada, según la transcripción oficial, por 104 “aplausos”, 24 “gritos de consignas”, 12 “griterías” y 2 “risas”. Un detalle que pude observar es que la transmisión televisiva tuvo un retraso de 10 segundos respecto a la transmisión radial. Yo, que soy un mal pensado, concluyo que eso era para darse tiempo a filtrar cualquier error de los camarógrafos que pudiera incomodar al régimen.


Este discurso, en mi opinión, representa una gran oportunidad para la oposición: combatir la mentira con la verdad. Ya el pueblo está claro, pero las cosas en política no hay que asumirlas, hay que difundirlas y repetirlas consistentemente. Si una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad, mucho más poder debe tener una verdad repetida el mismo número de veces.

miércoles, 7 de enero de 2015

Cuál es el objetivo

 Cuando uno va para algún lado, lo primero que hay que saber es hacia dónde se va. Eso parece obvio, pero la experiencia demuestra que hay montones de gente que se empeñan en llegar a quién sabe dónde, y en ello gastan enormes energías. Me imagino que ya adivinaron a dónde voy con esta introducción.

El régimen sabe, con toda certeza, a dónde va, cuál es su objetivo, el cual se resume en pocas palabras: “mantenerse en el poder a toda costa”. Para ello ha recurrido, y seguirá recurriendo, a todo tipo de artimañas. No vale la pena enumerarlas porque las conocemos, pero creo que todo el país coincide, incluso ellos aunque no lo puedan decir, que el régimen no es democrático, porque de otra manera ya fuera parte del pasado, como debe ser en una democracia que se respete.

La oposición, por otra parte, está compuesta de diversos sectores que tienen una visión distinta de adonde ir y cómo hacerlo, y esas visiones son respetables porque de eso se trata la democracia.

Si asumimos que lo anterior es cierto, es fácil deducir que el régimen se perpetuará por siempre, o hasta que suceda lo que nadie quiere que suceda. Una solución a esta posibilidad es que la oposición, o más bien sus dirigentes, terminen de entender que para lograr resultados diferentes, debe hacer cosas diferentes. La pregunta obligada es, ¿cuáles son esas cosas? En mi opinión, es fundamental que se den las siguientes condiciones dentro de las filas de la oposición:

En primer lugar, es importante que los dirigentes terminen de aceptar que este no es un régimen democrático. Cualquier estrategia que se base en una premisa falsa está destinada a fracasar.

En segundo término, la única opción de ganar democráticamente, a través de elecciones, pasa por una unidad verdadera, al menos en torno al objetivo. Es importante respetar las diferencias, pero es más importante aún construir el futuro con base en las coincidencias.  También es fundamental que la Unidad no sea sólo de partidos sino que se incluya a la sociedad civil, a los estudiantes, a los movimientos sindicales y a todas aquellas instituciones que han luchado desde diferentes frentes para lograr un retorno a la democracia. Mientras nosotros, el soberano, percibamos que cada quien anda por su lado, va ser cuesta arriba convencernos de ir a votar en masa. El día que nos demos cuenta de que de verdad nuestros dirigentes están unidos en toro a un objetivo común, ese día nadie podrá vencernos.

Tercero, los opositores deben ponerse de acuerdo en torno al objetivo. Si este consiste sólo en ir a elecciones, ya las perdimos; si la idea es pedir la renuncia, o jugar  a que se caigan ellos solitos, pues sentémonos a esperar. El objetivo debe estar centrado en construir un futuro basado en el respeto a la Constitución.

Hoy es evidente que quienes no estamos con el régimen somos mayoría, pero estamos dispersos y tenemos en frente a un bloque minoritario, pero sólido y blindado económica e institucionalmente. Mientras la oposición ande dando tumbos, y sus dirigentes sigan halando cada uno para su lado, la continuidad del régimen está garantizada. El día que tengamos claro cuál es la naturaleza del régimen y nos unamos verdaderamente en torno a un objetivo común, la cosa cambiará. Recordemos que los cambios no vienen solos. Debemos cambiar para que las cosas cambien.

@gyepesven