viernes, 30 de mayo de 2025

Festival de excusas


 Dicen que perdieron porque María Corina llamó a no votar. Que la abstención fue muy alta. Que el pueblo no salió. ¡Claro! El problema no fue que participaron en una elección fraudulenta, sin árbitro, sin garantías, sin auditoría real.

No. La verdad cruda fue que el pueblo… no obedeció su llamado.

Los eternos aspirantes a algo, esos profesionales del fracaso con falsa credencial opositora, hoy lloran sobre sus cuotas perdidas, como si la democracia fuera una lotería y no un acto de dignidad. Se presentan como víctimas del divisionismo, cuando en realidad fueron cómplices voluntarios del teatro obsceno que montó el dictador. El pueblo, mientras tanto, simplemente decidió no hacerles el juego. Porque cuando todo huele a trampa, lo más sensato es no sentarse a la mesa.

La estrategia de María Corina no solo fue clara, fue moralmente superior. No se trataba de sumar diputados decorativos o gobernaciones simbólicas. Se trataba —se trata— de no legitimar lo ilegítimo. Y el país lo entendió. Habló en silencio y con valentía. Se abstuvo con conciencia. Y eso les dolió más que perder una elección: perdieron la poca credibilidad que les quedaba.

El liderazgo que vale no es el que grita más fuerte ni el que encuentra la mejor excusa. Es el que actúa con coherencia, incluso cuando resulta incómodo o cuando pierde alguna batalla. Porque la confianza se construye cuando las acciones y las palabras se alinean, no cuando se maquillan los fracasos con discursos reciclados.

El 25 de mayo no fue una derrota electoral. Fue una lección de responsabilidad ciudadana. Perdieron los que negociaron con la mentira, aunque hayan logrado recoger algunas migajas. Ganó la coherencia. Y, en medio del lodazal, brilló una verdad innegable: el pueblo ya no compra baratijas disfrazadas de oposición.

Sigamos adelante… hasta el final.

1 comentario:

  1. Fue la dignidad de un pueblo , que 'NO LEGITIMISO AL DICTADOR LADRON". NO SE PUEDE IR A UNA OBRA SIN SENTIDO. CAE EL TELON....

    ResponderEliminar