viernes, 16 de mayo de 2025

La mentira se sofoca cuando la verdad respira


No importa cuánto griten. No importa cuántas urnas llenen de papeles falsos ni cuántas cadenas transmitan para repetir el cuento gastado de la “democracia participativa”. La verdad siempre encuentra grietas. Y esta semana, Venezuela lo ha demostrado de nuevo.

En medio de elecciones amañadas y retóricas vacías, una acción silenciosa —pero profundamente valiente— nos recordó que el alma de un país no se apaga con decretos ni represión.

No es la primera vez que vemos lo imposible ocurrir. Tampoco será la última. Porque, aunque muchos prefieran callar o mirar a otro lado, hay una fuerza viva que no se deja someter: la dignidad. Esa que florece aún en medio del asfalto, como un eco de libertad en tiempos oscuros.

Los que siguen dentro, resistiendo. Los que están fuera, denunciando. Los que escriben, crean, construyen memoria… Todos somos parte del mismo relato: el de un pueblo que, a pesar del exilio, la censura y la traición, se niega a olvidar quién es.

La historia venezolana aún se está escribiendo. Y no la dictarán los usurpadores, sino quienes siguen creyendo en la fuerza de la palabra y en la justicia que, aunque tarde, siempre llega.





miércoles, 7 de mayo de 2025

La libertad se abre paso

Aún no conocemos todos los detalles. Aún no hay una versión oficial, aunque sabemos que vendrán las mentiras, las tergiversaciones y los intentos de minimizar lo ocurrido. Pero hoy, lo cierto es que Venezuela ha despertado con una noticia que parecía imposible: los rehenes políticos que permanecían secuestrados en la embajada de Argentina en Caracas han sido liberados.

La sede diplomática estaba rodeada, sitiada, vigilada milimétricamente por cuerpos de seguridad del régimen. Cualquiera hubiera apostado que escapar de allí era inviable. Y, sin embargo, ocurrió. Porque cuando la dignidad se organiza y la libertad se abre paso, no hay cerco que la detenga.

Este no es solo un hecho político. Es un símbolo. Un grito de esperanza en medio del desánimo. Una señal para quienes dentro y fuera del país se sienten agobiados por la represión, el miedo o el cansancio. Un recordatorio de que lo imposible puede suceder... y sucede.

Mi admiración profunda por esos valientes, que resistieron meses bajo presión brutal, sin ceder, sin negociar su dignidad, sin traicionar sus principios. Salen hoy con la frente en alto, convertidos en ejemplo para millones.

Y mi reconocimiento también a quienes, en silencio, planearon y ejecutaron esta acción. A quienes confiaron. A quienes se arriesgaron. A quienes no se resignaron.

Esta liberación es también una bocanada de oxígeno para el trabajo incansable de María Corina Machado y Edmundo González. A ellos les debemos el renacer de esta esperanza colectiva. Ellos siguen allí, firmes, guiando este proceso que avanza, a veces invisible, pero imparable.

La libertad está cerca. Hoy lo sabemos con más certeza que nunca.

Sigamos. No es tiempo de dudar. Es tiempo de creer. 



 


Isolda Salvatierra: presencia que permanece


Publicado el 1 de mayo de 2025


El pasado 27 de abril, en Madrid, partió Isolda Heredia de Salvatierra. Economista, política, feminista, católica y, sobre todo, mujer venezolana de una coherencia ejemplar.

Tuve el privilegio de conocerla personalmente y de coincidir con ella en diversos eventos. Su vitalidad no se medía en pasos ni en edad, sino en convicción. Allí estaba, con la palabra justa y la mirada encendida, haciendo presente su país amado, Venezuela, en cada foro, en cada conversación, en cada gesto.

Isolda fue una mujer de lucha limpia, sin estridencias ni antagonismos, pero firme. Creía en el feminismo como puente, no como trinchera. Defendió la democracia cuando era difícil, y los derechos humanos cuando dolía. Su voz fue serena, pero jamás tibia.

Promotora de reformas legales que marcaron un antes y un después para las mujeres venezolanas, también dejó huella espiritual al fundar el Camino de Santiago en Caracas, testimonio de que fe y acción pueden caminar juntas.

Su vida nos recuerda que el liderazgo real nace del corazón y se fortalece en la entrega silenciosa. No luchó por protagonismo, sino por legado.

Hoy, su ausencia nos pesa, pero su ejemplo nos alumbra. Isolda Salvatierra no solo defendió causas nobles: vivió conforme a ellas hasta el final. Y eso —en estos tiempos inciertos— no se olvida.

Que su memoria nos inspire a seguir andando, con la misma fe, la misma claridad y el mismo amor por Venezuela que ella jamás abandonó. 


El líder que no grita

Publicado el 22 de abril de 2025

 


Este Jueves Santo, en una calle cualquiera de Madrid, tuve el honor de cruzarme brevemente con el presidente Edmundo González y su esposa Mercedes. No fue un encuentro planeado ni protocolar, sino humano y profundamente simbólico. En sus ojos había una mezcla de serenidad y determinación que me estremeció. Y aunque apenas cruzamos palabras, sentí que entendió lo que no le dije con palabras: mi gratitud, mi esperanza intacta, mi respeto.

Un día antes, su yerno cumplía 100 días secuestrado por la dictadura. Aun así, Edmundo caminaba con paso lento pero firme, sin escudos ni aparatos de poder. Podría haber seguido disfrutando la paz de su retiro, pero eligió ponerse al frente de una causa que trasciende egos y partidos: la reconstrucción moral de Venezuela.

Admiro su temple, su silencio elocuente, su valentía serena. Frente a la cobardía del tirano, que se oculta tras el miedo, la fuerza y el chantaje, Edmundo se alza sin estridencias, con la dignidad de quien no necesita gritar para hacerse oír.

Mercedes, siempre a su lado, irradia esa energía serena que solo poseen quienes comprenden el peso del momento histórico que enfrentan. Ella también merece nuestro reconocimiento.

Este breve encuentro no solo me conmovió: multiplicó mi esperanza. Porque vi en él no a un político, sino a un ciudadano que encarna lo mejor de lo que podemos ser.

Y comprendí, con toda claridad, que Venezuela tiene futuro. Y tiene rumbo.

Gracias, presidente. Gracias por estar cuando más se le necesita. 🇻🇪✨





No es un decreto: es una confesión de fracaso

Publicado el 9 de abril de 2025

El régimen venezolano acaba de firmar otro decreto de emergencia económica, repitiendo la misma fórmula desgastada de siempre.

No es una respuesta a una “guerra comercial”, como afirma el dictador.

Es simplemente una excusa para seguir saqueando impunemente a Venezuela, disfrazada de legalidad.

Hablan de “plenos poderes” como si no los hubieran tenido ya.

Como si no llevaran años gobernando sin contrapesos, con instituciones sometidas, con las calles militarizadas y la economía estrangulada.

Este decreto no inaugura una nueva etapa.

Es el mismo guion oxidado de siempre.

Pero esta vez, más que una estrategia, es una confesión.

❌ Una confesión de fracaso

Maduro no enfrenta un asedio económico.

Enfrenta las consecuencias de haber destruido el aparato productivo, de haber vaciado el país, de haber convertido al Estado en una estructura mafiosa, depredadora y corrupta.

Lo que acaba de firmar no es una solución.

Es una muestra pública de que no puede sostener su régimen sin más controles, más represión y más atropellos.

Este decreto no va a rescatar la economía.

Va a profundizar el ahogo de los que aún producen, crean y resisten.

El objetivo no es la recuperación.

El objetivo es mantener el control, aunque el país se hunda con ellos.

🔍 ¿Qué hacer entonces?

Para quienes estamos fuera:

debemos redoblar la denuncia.

Romper su narrativa.

Y apoyar con más fuerza a quienes siguen resistiendo desde dentro.

Para quienes están dentro:

resistir con inteligencia.

Cuidarse. Apoyarse.

Crear redes.

No caer en la trampa de la desesperanza ni del aislamiento.

La reacción emocional es lo que ellos quieren.

La organización estratégica es lo que más temen.

🔥 Cada decreto, una señal

No nos confundamos:

Cada decreto de emergencia no es un acto de fortaleza,

es un síntoma de desgaste.

Nos quieren desmoralizados.

Pero cada atropello es también una señal de su debilidad.

Que no nos venza el silencio.

Que no nos venza el miedo.

El régimen acaba de confesar —una vez más— su fracaso.

Que el mundo lo escuche.

Y que el pueblo lo recuerde.


¿Debemos aceptar que el mal triunfó?

Publicado el 23 de marzo de 2025

Venezuela vive una tragedia silenciada a fuerza de complicidad.

Dentro del país, millones viven bajo vigilancia, represión y miedo.

Pensar distinto es delito.

Alzar la voz se paga con tortura, cárcel o exilio.

Cada día es una batalla por sobrevivir en una tierra donde la justicia fue abolida y la dignidad se castiga.

Pero la tragedia no termina en las fronteras.

Afuera, la diáspora venezolana —más de siete millones de personas— enfrenta otro tipo de persecución:

Discriminación.

Rechazo.

Xenofobia.

Muchos son señalados, no por sus actos, sino por su pasaporte.

Víctimas del estigma sembrado por un régimen que promovió el crimen y lo exportó para ensuciar el rostro de quienes escapaban del horror.

Y mientras tanto, hay líderes democráticos perseguidos y hacinados en embajadas, encerrados como rehenes políticos ante la pasividad internacional.

📢 ¿Dónde están las voces que juraron defender los derechos humanos?

¿Qué hacen los organismos multilaterales?

Silencio.

¿Qué hacen los líderes del mundo libre?

Silencio.

¿Qué hacen los gobiernos que un día alzaron la voz por Ucrania, por Cuba, por Irán… pero callan ante Venezuela?

Silencio.

Negarse a llamar dictadura a una dictadura es prolongar su vida.

Hacer negocios con ella es financiar la represión.

Los venezolanos hemos dado todo:

Nuestras calles.

Nuestros hijos.

Nuestra libertad.

Nuestra esperanza.

Y hemos sido castigados por resistir.

Hoy solo queda una pregunta urgente, brutal, legítima:

¿El mal ha triunfado?

Y otra vez…

Silencio.

Ese silencio ya no es neutralidad.

Es complicidad.

Es traición a los valores democráticos.

Es premiar a los verdugos y castigar a los inocentes.


Votar en una farsa no es democracia

Publicado el 15 de marzo de 2025

La democracia se fundamenta en un principio inquebrantable: la confianza en el voto como mecanismo legítimo de cambio.

Pero en Venezuela, ese principio ha sido violado sistemáticamente por un régimen que utiliza el voto como disfraz, no como herramienta.

Cuando pierden, simplemente no reconocen su derrota.

No dan explicaciones.

No presentan pruebas.

Solo imponen su mentira y refuerzan su represión.

Participar en unas elecciones bajo este sistema es como subir a un autobús manejado por un secuestrador.

No importa cuán convencido estés de que vas en la dirección correcta, ni qué tan cómodo te sientas en tu asiento:

el conductor ya decidió el destino. Y no tiene intención de detenerse.

Y cuando llegues, te harán creer que fue decisión tuya.

Aun así, ciertos actores que se presentan como “opositores” han decidido participar en las elecciones regionales convocadas por la dictadura.

¿Por qué? Las razones son diversas, pero todas revelan una desconexión peligrosa con la realidad del país:

1. Por ingenuidad:

Algunos creen sinceramente que el régimen respetará los resultados.

Es la postura del autoengaño… o de la complicidad.

2. Por presión o conveniencia:

Amenazas, sobornos, cargos.

La dictadura ha perfeccionado el arte de comprar conciencias.

3. Por cuotas de poder local:

Saben que no cambiarán nada, pero buscan preservar espacios secundarios de influencia, aunque el precio sea su credibilidad.

4. Por supervivencia política:

Sin elecciones, su relevancia desaparece.

Y su existencia como figuras públicas se desvanece.

5. Por comodidad:

Prefieren la ilusión del proceso electoral a enfrentar de verdad al poder.

Jugar dentro del sistema es más fácil que desafiarlo desde fuera.

La solución no es participar en una farsa esperando resultados distintos.

La solución es tratar a la dictadura como lo que es: una organización criminal.

Porque esto ya no es solo un asunto interno.

El régimen venezolano exporta crimen, desestabilización y violencia a todo el hemisferio.

Los países democráticos deben dejar de llamarlo “gobierno ilegítimo” para comenzar a tratarlo como una amenaza global.

No se negocia con el crimen.

No se le legitima.

No se le derrota en su propio juego.

Se combate.

Se aísla.

Y se erradica.

Es hora de que el mundo libre actúe, no solo por Venezuela, sino en defensa propia.


Señales

 

Publicado el 4 de febrero de 2025

Si no las ves, es porque no quieres verlas.

Vivimos rodeados de señales. Algunas son sutiles, casi imperceptibles. Otras son tan claras que resultan imposibles de ignorar. Venezuela también está enviando señales, y este momento, aunque incierto, está lleno de indicios que merecen atención.

Mientras algunos insisten en repetir que todo está perdido, el tablero político se está moviendo.

Hay discursos que cambian de tono, rostros que no se han rendido, alianzas que se fortalecen, puertas que comienzan a abrirse donde antes solo había silencio.

No es casualidad.

Pero verlo exige más que leer titulares.

Exige afinar el oído y entrenar la mirada.

Si decides enfocarte solo en lo negativo, si te dejas arrastrar por la desesperanza o por la narrativa del “todo está perdido”, entonces esas señales pasarán frente a ti… y no las verás.

Y es exactamente eso lo que quiere el régimen: que te desconectes, que te desanimes, que creas que nada tiene sentido.

Pero hay movimiento.

Hay estrategia.

Y hay un plan.

La dictadura juega con las percepciones, disfrazando sus debilidades como fortalezas. Pero la verdad está en los detalles:

En las reacciones internacionales.

En los silencios incómodos de sus antiguos aliados.

En las nuevas alianzas que comienzan a tomar forma.

No te dejes confundir por el ruido.

Este es el momento de ajustar la mirada.

De interpretar lo que ocurre más allá de la superficie.

De leer entre líneas, escuchar lo que no se dice y conectar los puntos.

Las señales están ahí.

¿Las estás viendo?

¿O prefieres ignorarlas?


La llama de la libertad arde más fuerte que la mentira

Publicado el 28 de enero de 2025

Bajo la aparente calma, los engranajes del cambio giran lentamente. El verdadero movimiento se gesta en lo invisible, y espera su momento exacto para estallar con fuerza imparable.

El régimen venezolano sigue interpretando su guion conocido:

represión, manipulación, propaganda y una nueva convocatoria electoral vacía, disfrazada de legalidad y sostenida por una “oposición” domesticada.

Nada sorprende. Todo está diseñado para mantener la ilusión de control.

Pero no debemos caer en su juego.

No debemos desgastarnos en responder a cada una de sus maniobras.

Ellos saben que están usurpando el poder.

Sus acciones no reflejan fuerza, sino desesperación.

En cambio, nuestro foco debe ser otro:

lo que estamos construyendo, desde cada trinchera personal, colectiva o internacional.

La verdadera batalla se libra en el terreno de la determinación, la paciencia y la esperanza activa.

El régimen quiere desmoralizar.

Quiere sembrar dudas.

Pero sabe que su mentira ya no convence.

Y que nuestra resistencia sigue viva.

Hoy, después de 25 años de lucha, estamos más cerca que nunca.

Cada gesto cuenta:

Cada palabra que no se calla.

Cada conexión que se mantiene.

Cada acción, por pequeña que parezca, alimenta la llama que no han podido apagar.

No permitamos que sus estrategias de distracción nos roben el horizonte.

El cambio verdadero no vendrá con anuncios, sino con constancia silenciosa.

Y cuando llegue, será imposible detenerlo.

La llama de la libertad no necesita propaganda.

Solo necesita que la mantengamos encendida.

Cuando su guion se agote —y está por agotarse—

solo quedará nuestra convicción.

Y eso bastará para iluminar el camino hacia la Venezuela que merecemos.


¿Quién le pondrá el cascabel al gato?

Publicado el 14 de enero de 2025

Los venezolanos hemos recorrido un camino largo, doloroso y profundamente digno en nuestra lucha por la libertad.

Durante años, hemos apostado por las vías legales, pacíficas y morales, desafiando a una dictadura brutal con valentía cívica y herramientas democráticas.

Y lo logramos: derrotamos al régimen moral y políticamente ante los ojos del mundo.

Hoy, Nicolás Maduro solo se sostiene con el apoyo de quienes tienen algo que perder si él cae: cómplices, beneficiarios del saqueo, y aliados ideológicos atrapados en su propia hipocresía.

Pero aunque el dictador está aislado y deslegitimado, eso no basta.

A estas alturas, resulta evidente que los métodos pacíficos no derriban a un sistema sostenido por las armas, la corrupción y el crimen organizado.

Y entonces emerge la pregunta inevitable:

¿Quién dará el paso que falta?

¿Serán los militares venezolanos, traicionados por su propio jefe y arrastrados al desprestigio?

¿Será algún guardaespaldas, harto de proteger a quien destruyó su país?

¿Una coalición internacional decidida a actuar donde la diplomacia ha fracasado?

¿Estados Unidos, Israel, el TIAR…?

¿Quién?

Porque si algo ha quedado claro es que la ONU y sus discursos vacíos no detendrán el sufrimiento de Venezuela.

Su inacción ya ha costado demasiadas vidas.

El tiempo de las palabras terminó.

Ahora toca actuar.

La justicia —la verdadera, no la de papel— exige que los responsables de esta tragedia enfrenten su destino.

Sueño con verlos, uno por uno, rindiendo cuentas ante un tribunal internacional, vestidos de naranja.

Lejos del poder, muy cerca del juicio de la historia… y del castigo que merecen.

La libertad de Venezuela llegará.

De eso no hay dudas.

Pero la pregunta sigue ahí, punzante, legítima y urgente:

¿Quién le pondrá el cascabel al gato?


¿Cuándo es el momento de rendirnos?

Publicado el 11 de enero de 2025

Hay días en los que el peso de la lucha parece insoportable.

Donde la decepción se instala, como lo hizo tras el nuevo juramento del dictador y la ausencia física de Edmundo González, símbolo de un cambio que aún no se concreta.

Son 25 años de resistencia, de esperas que no terminan, de golpes duros y finales que no llegan.

Y muchos se preguntan, con razón:

¿Vale la pena seguir? ¿Es hora de rendirse?

🔻 Ellos tienen la fuerza, nosotros la razón

El régimen tiene armas, aliados y miedo como herramientas.

Pero nosotros tenemos algo que ellos jamás podrán robar:

la verdad, la ley y la razón.

Las actas están ahí.

Las pruebas del fraude existen.

Incluso sus aliados internacionales saben que lo ocurrido fue un golpe de Estado a la soberanía popular.

Entonces, ¿qué nos falta?

Tal vez lo que el régimen más desea quebrar:

nuestra determinación.

🧠 La guerra psicológica es más poderosa que las balas

Quieren que creas que no tiene sentido resistir.

Que te sientas solo, agotado, vencido.

Porque si logran apagar la esperanza, no necesitarán disparar.

¿Te das cuenta del poder que aún tienes?

El simple hecho de no rendirte ya es una forma de lucha.

Una forma de decirles: aquí estamos, no nos han quebrado.

🤔 Reflexiona antes de decidir

Si algún día decides dejar de luchar, hazlo con consciencia.

Entiende que esto no se trata solo de política, sino de algo más profundo:

De la dignidad de un pueblo.

Del futuro de tus hijos.

Del derecho a vivir con libertad, sin miedo ni humillación.

Rendirse no es cobarde, pero tampoco es neutral.

Y antes de hacerlo, pregúntate si estás dispuesto a aceptar que una minoría imponga su voluntad sobre la mayoría para siempre.

🔊 Pero hay algo aún más importante

Tu decisión es tuya.

Y debe ser respetada.

Pero si eliges rendirte, no arrastres contigo a quienes aún resisten.

No conviertas tu cansancio en propaganda para el régimen.

No seas eco de la desesperanza.

Porque cada vez que se repite que “no se puede”, alguien que sí quería luchar pierde fuerza.

✊ Resistir también es un acto íntimo

No hace falta estar en primera fila.

No todos gritan en la calle ni marchan bajo el sol.

Pero cada gesto cuenta:

Compartir la verdad.

No ceder al miedo.

Recordar a los que ya no están.

Apoyar a quien sí puede seguir.

Rendirse o resistir es tu elección.

Pero si eliges rendirte, hazlo en silencio.

Porque mientras uno solo resista, la esperanza sigue viva.

Y la esperanza, en Venezuela, aún es nuestra arma más poderosa.


¡Hoy es el día!

Publicado el 9 de enero de 2025

Venezuela vive una jornada que marcará su historia para siempre.

María Corina Machado, Edmundo González y muchos otros líderes valientes están arriesgándolo todo: su libertad, su seguridad, incluso sus vidas, con un solo propósito: devolverle al país la libertad que le fue arrebatada.

¡No podemos dejarlos solos!

Es el momento de actuar.

De salir a las calles, desde Caracas hasta Madrid, desde Maracaibo hasta Buenos Aires, desde cada rincón del mundo donde palpite el corazón de un venezolano o de un demócrata solidario.

Es tiempo de levantar nuestras voces, nuestras banderas y nuestro compromiso.

Sí, sabemos que hay riesgos.

Pero el silencio y la pasividad son aún más peligrosos.

Cada minuto que perdemos es un terreno que gana la represión.

Hoy no solo defendemos a Venezuela.

Defendemos el derecho de todos los pueblos a elegir, a vivir en justicia, a ser libres.

¡Es ahora o nunca!

La historia no espera.

Y cuando se escriba lo que hoy ocurre, cada uno de nosotros tendrá que responder de qué lado estuvo.

Unidos somos más fuertes.

Y hoy, el mundo nos observa.

¡A las calles por Venezuela!

Por la libertad.

Por la dignidad.

Por el futuro.


Venezuela: un amanecer inevitable

Publicado el 18 de diciembre de 2024

Venezuela transita momentos decisivos, marcados por el dolor del presente, pero también por la fuerza de una esperanza que no se rinde.

El mundo entero ya conoce la verdad: el pueblo venezolano habló con contundencia, y su deseo de libertad y democracia no puede seguir siendo ignorado.

A pesar de las complicidades diplomáticas, las ambigüedades calculadas y los silencios cobardes, los principios de justicia internacional comienzan a alzarse.

La configuración del nuevo gabinete de Donald Trump en Estados Unidos es una señal clara: su política hacia Venezuela será firme, frontal y sin concesiones.

Y no solo con Venezuela: otras dictaduras de la región también están en la mira.

La historia reciente nos advierte:

Lo que ocurrió en Siria, con dictadores derrocados y sus cómplices perseguidos por crímenes de lesa humanidad, no fue una excepción.

Fue un recordatorio.

Las dictaduras caen.

Y Venezuela no será la excepción.

Cada día emergen nuevas pruebas que sepultan al régimen:

Muertes de prisioneros políticos.

Testimonios desgarradores de sobrevivientes.

Evidencias acumuladas en cortes internacionales.

El sistema se tambalea.

Y ya no tiene cómo esconder su rostro.

Mientras tanto, Edmundo González y María Corina Machado se mantienen firmes, mirando al 10 de enero con serenidad y determinación.

Ellos encarnan la voluntad del pueblo y el compromiso con un futuro posible.

Es tiempo de estar alertas, dentro y fuera del país.

La libertad no llegará sola.

Requiere preparación, conciencia y acción colectiva.

El amanecer ya no es una promesa lejana.

Es un horizonte inevitable.

Y está más cerca de lo que muchos creen.


Que el miedo nos tenga miedo

Publicado el 10 de diciembre de 2024

A un mes de la fecha en la que Edmundo González debe asumir la presidencia de Venezuela, nos encontramos ante una encrucijada histórica.

Lo que ocurra en los próximos días definirá no solo el presente, sino el futuro de nuestras familias, de nuestra dignidad y de nuestro país.

El régimen, acorralado por la verdad y por la voluntad del pueblo, ha elegido la represión como único camino.

Pero hay algo que deben entender: el pueblo venezolano ha despertado.

Y no hay marcha atrás.

Cada día que pasa, el costo humano es más alto:

Sangre inocente en las calles.

Madres que lloran a sus hijos.

Jóvenes valientes enfrentando torturas, cárcel y persecución.

Y aun así, el miedo ha comenzado a temer.

Porque como dijo un compatriota:

«Nos han quitado tanto, que hasta el miedo nos quitaron.»

Este no es momento para dudar.

Los que están dentro del país deben sostener la resistencia con dignidad.

Y los que estamos fuera, tenemos el deber de alzar la voz para que el mundo entienda que en Venezuela no hay democracia, sino una mafia armada que secuestra un país entero.

Es hora de aumentar el costo político, moral y económico de la permanencia del régimen.

Que entiendan que su obstinación solo traerá más aislamiento, más sanciones, más deslegitimación, y —tarde o temprano— la justicia.

A los gobiernos y pueblos libres del mundo:

no sean cómplices con su silencio.

Cada ambigüedad, cada minuto de inacción, cuesta vidas.

Venezuela ya decidió.

Decidió no rendirse.

Decidió ser libre.

La lucha no se basa en odio, sino en amor profundo por la vida, por la justicia y por la verdad.

No permitamos que el sacrificio de quienes han caído sea en vano.

Venezuela será libre.

No porque sea una promesa.

Sino porque es una decisión irrevocable.


Un nuevo rumbo para Venezuela desde Europa

Publicado el 2 de diciembre de 2024

La gestión de Josep Borrell al frente de la diplomacia europea quedará marcada por una tibieza preocupante frente a la tragedia venezolana.

Incluso después del triunfo inobjetable de Edmundo González, la postura de Borrell osciló entre la ambigüedad y la omisión, en lugar de brindar el respaldo firme que necesitaban los líderes democráticos que enfrentan al régimen de Nicolás Maduro.

Pero el tablero internacional ha cambiado.

La llegada de Kaja Kallas como nueva Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad abre un capítulo esperanzador para la causa venezolana.

Kallas, reconocida por su defensa firme de los valores democráticos y liberales, comparte con María Corina Machado una visión ideológica vinculada a la Internacional Liberal.

Esta afinidad no es menor. Es un puente político y ético que podría fortalecer las alianzas necesarias para aislar diplomáticamente al régimen chavista y respaldar a quienes luchan dentro y fuera de Venezuela.

En sus primeras declaraciones, Kallas ha mostrado una disposición clara:

Apoyo activo a la sociedad civil venezolana.

Reconocimiento del carácter estratégico de América Latina para los intereses y valores europeos.

Llamado a una cooperación internacional más firme frente a las autocracias.

Para los demócratas venezolanos, este relevo en la diplomacia europea representa una oportunidad histórica.

Es el momento de reconfigurar el respaldo internacional y de convertir los principios en políticas concretas.

La esperanza renace no por ingenuidad, sino porque la voluntad política puede marcar la diferencia.

Europa no solo tiene la capacidad, sino también la responsabilidad moral de actuar con contundencia frente a un régimen señalado por crímenes de lesa humanidad.

El pueblo venezolano no ha sido olvidado.

Y la llegada de Kaja Kallas puede ser el impulso que reactive una estrategia internacional coherente y eficaz.

Porque el rumbo de Venezuela no se juega solo en Caracas.

También se define en Bruselas, Estrasburgo y cada capital donde aún se crea en la libertad.


1 de diciembre: un grito por la justicia y la libertad

Publicado el 27 de noviembre de 2024

Venezuela ya no puede esperar más.

Los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen de Nicolás Maduro han dejado una herida que sigue sangrando: vidas truncadas, familias destrozadas, voces silenciadas.

Y mientras tanto, el mundo observa… en silencio o con lentitud desesperante.

Este 1 de diciembre, María Corina Machado convoca al pueblo venezolano —dentro y fuera del país— a alzar su voz frente a la Corte Penal Internacional (CPI).

No es una protesta simbólica.

Es un clamor legítimo, urgente y universal por justicia.

Desde el exilio, desde cada ciudad donde haya un venezolano libre, debemos decirlo alto y claro:

¡Ya basta!

Basta de indiferencia.

Basta de impunidad.

¿Cuántos muertos más necesita el mundo para reaccionar?

¿Cuántas desapariciones, torturas y violaciones de derechos deben acumularse para que la comunidad internacional actúe con firmeza?

No estamos pidiendo favores.

Estamos exigiendo justicia.

La CPI no puede seguir mirando hacia otro lado.

Los gobiernos que se dicen solidarios con nuestra causa deben convertir sus discursos en acciones concretas.

Porque el pueblo de Venezuela ya lo ha dado todo: su sangre, su esperanza, su vida.

Pero solos no podemos.

Y este 1 de diciembre es el momento para que el mundo también dé un paso adelante.

El 10 de enero de 2025 debe marcar el comienzo de una nueva era democrática.

Pero eso no ocurrirá por inercia.

Requiere decisión, presión internacional y una ciudadanía movilizada.

La historia nos está observando.

Y el mundo debe saber que Venezuela no está pidiendo permiso: está exigiendo justicia.

¡Unámonos este 1 de diciembre!

Y hagamos que nuestra voz sea imposible de ignorar.


Venezuela en la encrucijada: esperanza y acción frente a la incertidumbre

Publicado el 23 de noviembre de 2024

El reciente triunfo de Edmundo González representa más que un resultado electoral: es una señal de esperanza en medio de un país extenuado por décadas de crisis, represión y desarraigo.

Pero también ha dejado al descubierto la magnitud del desafío: un régimen que, aunque moralmente derrotado, se aferra al poder con uñas, armas y aliados internacionales.

La oposición logró lo que muchos consideraban imposible: unificar fuerzas, movilizar al país y defender el voto popular con dignidad y coraje.

Este triunfo no es solo un rechazo al autoritarismo, sino una afirmación de la voluntad democrática del pueblo venezolano.

Pero la transición no ha ocurrido.

Y eso dice mucho sobre la naturaleza del régimen al que enfrentamos.

Nicolás Maduro no se sostiene solo.

Su permanencia es alimentada por alianzas con potencias como Rusia, China e Irán, y por el silencio —o complicidad— de algunos gobiernos regionales.

Además, cuenta con estructuras de represión internas que operan sin pudor, sin ley y sin límites.

Ante esta realidad, la comunidad internacional ya no puede seguir solo declarando preocupaciones.

Es momento de actuar con contundencia:

Sanciones reales y sostenidas.

Congelamiento de activos.

Presión jurídica y diplomática.

Aislamiento político del régimen.

Los venezolanos hemos pagado un precio altísimo: muertos, torturados, desaparecidos, exiliados.

Hemos ofrecido demasiado sacrificio.

Y aunque no claudicaremos, no podemos seguir enfrentando solos a un régimen con respaldo global.

El resultado de las elecciones en Estados Unidos —con Donald Trump y su entorno de nuevo en escena— podría representar una oportunidad estratégica.

Si ese liderazgo opta por enfrentar al régimen de Maduro con firmeza, el costo de permanecer en el poder puede volverse insostenible.

Como ha dicho con claridad María Corina Machado, “el reto no es solo quitarles el poder, es hacer que quedarse en él sea más costoso que salir”.

La historia es clara: ninguna dictadura es eterna.

Pero los pueblos libres tienen que mover el reloj del cambio.

No hay espacio para la apatía.

Cada protesta, cada declaración valiente, cada esfuerzo diplomático suma.

Y nos acerca a lo inevitable.

Venezuela no está sola, pero necesita aliados valientes.

Y los venezolanos necesitamos mantener la esperanza encendida, pero acompañarla de acción decidida.

La libertad se conquista luchando.

El futuro ya no es una promesa: está en nuestras manos.


El feminismo de izquierda: ¿convicción o conveniencia?

Publicado el 18 de noviembre de 2024

El feminismo se ha convertido en una de las banderas más visibles de la izquierda contemporánea.

Sin embargo, cuando se examinan ciertos casos emblemáticos, la coherencia se desvanece.

Lo que aparenta ser una convicción profunda, en muchos casos, no es más que una estrategia de marketing político.

La izquierda occidental condena públicamente a figuras como Alberto Fernández o Íñigo Errejón solo cuando las acusaciones de maltrato son imposibles de silenciar.

En el caso de Errejón, los señalamientos de acoso eran un secreto a voces entre sus propias compañeras de partido, y aún así, nadie alzó la voz hasta que el escándalo estalló.

La doble moral es evidente:

no se actúa por principios, sino por cálculo.

Se protege al aliado mientras sea útil y se lo suelta solo cuando se convierte en un riesgo de imagen.

Esta hipocresía no se limita a los casos internos.

También se expresa en el silencio cómplice ante los regímenes autoritarios aliados, como el de Nicolás Maduro.

A pesar de las pruebas de violencia sexual, tortura y represión sistemática contra mujeres venezolanas, la izquierda “feminista” internacional guarda silencio.

Ni una condena. Ni una exigencia de justicia.

Solo complicidad ideológica encubierta de progresismo.

Tampoco se escucha a estos líderes alzar la voz contra gobiernos donde las mujeres son tratadas como objetos, silenciadas y despojadas de sus derechos.

¿Por qué? Porque denunciar esos abusos podría incomodar a sus aliados estratégicos.

Si el feminismo fuera una convicción —como aseguran en sus discursos—,

harían del respeto a los derechos de las mujeres una causa sin excepciones ni fronteras.

Y Venezuela, entre muchos otros ejemplos, ya habría sido señalada y condenada con la misma energía con la que se critica a enemigos ideológicos.

Pero no lo hacen.

Porque en demasiados casos, el feminismo no es una causa. Es una excusa.

Una etiqueta útil para ganar aplausos… mientras se protege al verdugo si resulta ser “de los nuestros”.


La farsa de los «defensores de la democracia»

Publicado el 2 de octubre de 2024

Lo que estamos presenciando desde países como Colombia, Brasil, México y España no es diplomacia, ni prudencia, ni equilibrio.

Es una farsa.

Una tragicomedia que recuerda al cuento clásico del rey desnudo:

todos saben la verdad, pero prefieren ignorarla y seguir adelante, vistiendo la mentira con ropajes invisibles.

Edmundo González ganó las elecciones en Venezuela.

Las pruebas están ahí: claras, legales, documentadas.

Pero estos líderes, que se autodenominan "defensores de la democracia", eligen mirar hacia otro lado.

Y al hacerlo, se convierten en sostén diplomático de un ataque criminal contra el voto popular venezolano.

¿A qué se debe esta ceguera deliberada?

Las razones pueden variar:

Deudas políticas o económicas.

Compromisos inconfesables.

Miedo a represalias.

O simplemente, cálculo y cinismo.

Pero lo más grave no es lo que esconden.

Es el precedente que están construyendo:

Si hoy toleran una dictadura que se burla del pueblo, ¿qué les impedirá hacer lo mismo en sus propios países mañana?

La postura de estos gobiernos no es neutral.

Es una complicidad activa con un régimen acusado de crímenes de lesa humanidad, cuya represión sigue viva mientras la justicia internacional avanza con desesperante lentitud.

Y mientras tanto, nos quieren vender una democracia que no existe.

Una democracia invisible, como las ropas del rey.

Transparente. Vacía. Falsa.

Ya es hora de que alguien lo diga, como en el cuento:

el rey está desnudo.

Y quienes callan o lo encubren, no son prudentes ni diplomáticos.

Son cómplices.


Dos izquierdas, una misma complicidad

Publicado el 21 de septiembre de 2024

En el escenario internacional actual, hay dos izquierdas.

Ambas conocen la verdad sobre lo que ocurre en Venezuela.

Ambas comparten, en el fondo, una misma complicidad.

Pero se diferencian en la manera en que la ejercen.

La primera es la izquierda sin máscaras.

Defiende abiertamente a regímenes como el venezolano.

Niega las violaciones de derechos humanos, justifica la represión y repite sin pudor la narrativa del poder.

Es, en cierto modo, una izquierda "honesta" con su ideología, aunque profundamente ajena a la justicia.

La segunda es más peligrosa.

Es la izquierda tibia, moderada en apariencia, que habla de diálogo, que evita definiciones y se esconde tras posturas ambiguas.

Sabe perfectamente lo que ocurre, pero calla o relativiza.

Y ese silencio calculado, esa neutralidad cómoda, la convierte en cómplice disfrazado.

Un caso emblemático es el del Papa Francisco, quien recientemente declaró:

«No he estado siguiendo la situación en Venezuela, pero el mensaje que le daría al gobierno es: dialoguen y hagan la paz. Una dictadura no sirve a nadie y termina mal, tarde o temprano.»

Estas palabras, que podrían parecer prudentes o diplomáticas, revelan en realidad una desconexión alarmante.

No se trata de una disputa política.

Se trata de crímenes de lesa humanidad, de vidas que se pierden cada día bajo un régimen opresivo.

Y lo que se espera de una voz moral como la del Papa no es un regaño tibio, sino una condena clara y valiente.

Mientras tanto, la comunidad internacional se distrae con debates sobre lo evidente, como si la tragedia necesitara más pruebas.

Y Venezuela sigue sangrando.

Cada día que se posterga la acción, ya sea por afinidad ideológica, interés económico o simple cobardía política, es una traición al pueblo venezolano.

Ya no hay excusas.

Todos saben lo que pasa.

Lo que falta no es información.

Lo que falta es coraje.


La partida de ajedrez entre el bien y el mal

Publicado el 9 de septiembre de 2024

Hoy Venezuela se encuentra en medio de una partida de ajedrez global, donde las piezas no se mueven al azar y cada jugada tiene una intención precisa. Esta no es solo una lucha política: es una confrontación entre el bien y el mal.

Y como todo en el ajedrez, entender el tablero completo es esencial antes de juzgar los movimientos.

En esta partida, Edmundo González es el rey de las piezas blancas.

Su papel puede parecer pasivo, incluso limitado, pero su valor es estratégico: es el símbolo de la victoria posible.

Su traslado a España no es una huida, sino una jugada defensiva calculada.

En el ajedrez, el rey se protege, no se lanza al ataque.

Su misión es resistir, mantenerse en pie, para que la partida pueda ganarse.

María Corina Machado, en cambio, es la reina blanca: la pieza más poderosa del juego.

Se desplaza con agilidad, protege al rey, desequilibra al adversario.

Su liderazgo, su visión y su capacidad de adaptación la convierten en el eje de una ofensiva inteligente y constante.

Cada movimiento suyo abre caminos.

Cada aparición suya es una amenaza para el tablero oscuro del régimen.

El mal juega con las piezas negras.

Su rey está debilitado, aislado, expuesto.

Los peones, que representan el apoyo popular, han desertado.

Algunas piezas mayores incluso han cruzado al otro lado del tablero, dejando al régimen más solo que nunca.

Pero el adversario no juega limpio.

Hace trampas, ignora las reglas, soborna árbitros.

Y lo más preocupante: algunos jueces del tablero —la comunidad internacional— guardan silencio o actúan con tibieza.

Algunos denuncian las irregularidades; otros miran hacia otro lado.

Pero el tiempo, ese gran juez, sigue corriendo a favor del bien.

La partida tiene una fecha límite: 10 de enero de 2025.

Las piezas negras intentan resistir con jugadas sucias, pero la ventaja estratégica está del lado de la justicia.

Quedan movimientos por hacer, y cada pieza, grande o pequeña, tiene un rol decisivo.

No es momento de rendirse ni de desconfiar del tablero.

Como en el ajedrez, cuando todo parece perdido, una jugada maestra puede dar vuelta a la historia.

La clave está en mantener la posición, jugar con inteligencia y no dejarse arrastrar por el miedo ni la impaciencia.

La victoria está cerca.

Porque, en este tablero, el bien no juega solo: juega con la verdad, con la dignidad y con la esperanza.


Edmundo González Urrutia llega a España

Publicado el 8 de septiembre de 2024

Hoy, España recibe al presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia. Y la historia, como suele hacer, nos entrega una imagen poderosa: la de un diplomático venezolano, décadas atrás, facilitando el regreso de Felipe González durante la Transición española.

Hoy, los papeles se invierten: el diplomático es el perseguido, y España vuelve a tener en sus manos una decisión trascendental.

El presidente Pedro Sánchez enfrenta una encrucijada moral y política:

¿Ofrecer solo asilo humanitario, o encabezar el reconocimiento europeo al legítimo triunfo democrático de González?

Lo primero sería un gesto diplomático.

Lo segundo, una declaración de principios.

Y, sin duda, una oportunidad histórica para que España recupere su liderazgo moral en Europa.

La paradoja no puede ser más grotesca:

Delcy Rodríguez, figura central del régimen represor, sostiene que otorgar un salvoconducto a González es prueba del talante democrático de su gobierno.

El mismo gobierno que:

Asedia la embajada argentina en Caracas.

Retira reconocimiento diplomático a Brasil en represalia.

Acusa a los refugiados y a González de delitos semejantes.

Y mientras esto ocurre, se perfila una operación de blanqueo político: presentar a José Luis Rodríguez Zapatero, aliado confeso del chavismo, como el héroe que facilitó la entrada de González en España.

Eso es inaceptable.

Zapatero ha sido instrumento y vocero del régimen, y no puede ser reescrito como defensor de la democracia.

Hacerlo sería una traición a la verdad y a los venezolanos que han luchado con dignidad.

España, con su historia, su lucha y su estatura moral, tiene hoy una oportunidad clara:

reconocer a Edmundo González como presidente electo y decirle al mundo que la democracia no es negociable.

Porque esta no es una visita cualquiera.

Es un momento decisivo.

Y la historia no será indulgente con quien mire hacia otro lado.


Navidad adelantada, esperanza renovada

Cómo el anuncio de un dictador puede ser premonición de una nueva era para Venezuela

Publicado el 4 de septiembre de 2024

La Navidad, más que una fecha, es un símbolo profundo: el nacimiento de la esperanza en medio de la adversidad.

Su origen no está ligado al lujo ni a los privilegios, sino a la humildad, el exilio, el riesgo.

María y José huyendo de la persecución, dando a luz en un pesebre, trayendo al mundo una luz que cambiaría la historia.

Una promesa de cambio, nacida en la oscuridad.

Hoy, Venezuela atraviesa su propia noche oscura.

Crisis, represión, miedo, exclusión.

Muchos sienten que ya no hay salida.

Pero tal vez, sin saberlo, incluso el dictador ha anunciado lo inevitable.

Su intento grotesco de adelantar la Navidad puede leerse como un cálculo político…

…o como un símbolo siniestro de su propia despedida.

Porque nada ni nadie puede evitar que la luz vuelva a nacer.

Así como Jesús nació en la humildad, lejos del poder y del ruido, la nueva Venezuela está gestándose en la fe, la resistencia y la verdad.

Los millones de ciudadanos que votaron, que defendieron sus actas, que no se han rendido, son hoy los pastores y testigos de esta nueva promesa.

Nuestro pesebre es la calle, el exilio, la protesta.

Pero también es el lugar donde está naciendo una democracia real, con más fuerza, más conciencia y más dignidad que nunca.

No dejemos que nos roben el sentido de esta Navidad adelantada.

Quizá, sin quererlo, el dictador ha dado el anuncio que marca el final de su propia era.

La luz ya se encendió.

Y si algo ha demostrado la historia, es que

la luz siempre vence a la oscuridad.


¡Ya basta de pedir las actas!

Publicado el 29 de agosto de 2024

La tragedia venezolana ha cruzado un punto de no retorno.

Mientras el pueblo sigue resistiendo en las calles, un régimen ilegítimo se burla de millones, parapetado tras un TSJ que no es más que una extensión de su voluntad.

¿Hasta cuándo vamos a seguir pidiendo lo que nunca van a entregar?

Las actas que prueban el triunfo del pueblo están secuestradas, manipuladas, enterradas bajo mentiras, amenazas y represión.

El régimen no las publicará jamás, porque hacerlo sería reconocer su derrota, su ilegitimidad, su terror ante una nación que ya gritó ¡basta!

No es tiempo de seguir rogando lo imposible.

La paciencia se agotó.

No podemos seguir siendo espectadores pasivos de una farsa grotesca que se burla del derecho, la ética y la dignidad.

Ya tenemos las pruebas en nuestras manos.

La oposición ha mostrado más del 80% de las actas.

El mundo no necesita ver más.

Lo que necesita es escuchar con claridad el clamor de un pueblo que fue traicionado.

Es hora de decisiones.

De valentía, no de diplomacia vacía.

De exigir lo que sí es posible: el fin inmediato de esta dictadura.

Mientras cientos de venezolanos arriesgan su libertad —y su vida— por mostrar la verdad, la comunidad internacional no puede seguir pidiendo actas que jamás llegarán.

Tiene que reconocer a Edmundo González como el legítimo vencedor y actuar en consecuencia.

Porque si el miedo y la pasividad siguen dominando, la dictadura se afianzará.

Pero si se actúa ahora, con determinación y coherencia, Venezuela puede ser libre otra vez.

No más excusas.

No más silencios.

Es ahora.


España, ¡alza tu voz por la libertad!

Publicado el 31 de agosto de 2024

España, te hablo desde el corazón de un venezolano que ha encontrado en ti refugio, afecto y una segunda patria. Pero hoy, más que nunca, necesito hablarte en nombre de mi primera.

Porque Venezuela, mi tierra de origen, clama por tu voz.

Tú, que has luchado por la democracia con determinación, que has sabido enfrentarte a la injusticia con coraje, tienes hoy la oportunidad de liderar a Europa hacia la verdad.

Tú, que te levantaste contra el silencio y la represión, puedes y debes hacerlo una vez más.

Nos une mucho más que un idioma o un pasado común. Nos une una historia de afectos y solidaridad mutua, de puertas abiertas en los momentos más oscuros.

Hoy, mientras veo nuestras banderas ondear juntas en las calles de Madrid, siento que la esperanza no se ha perdido, porque España aún guarda en su alma esa fuerza rebelde y justa que no se doblega.

Te pido que lideres.

Que seas la voz que rompa la indiferencia europea.

Que exijas, con firmeza, el reconocimiento de lo que el pueblo venezolano expresó en las urnas.

Que denuncies, sin ambigüedades, el golpe contra nuestra voluntad soberana.

España, confío en ti.

Confío en tu historia, en tus valores y en tu capacidad de hacer lo correcto, aún cuando hacerlo implique incomodar a algunos.

No es momento de neutralidad: es momento de verdad.

¡Haz que la libertad vuelva a ser tu estandarte!

Haz que la dignidad vuelva a sonar con fuerza en Bruselas.

Haz que Europa escuche la voz de un pueblo que votó y que fue traicionado.

España, el mundo te mira. Venezuela te necesita.

Y tú sabes lo que hay que hacer.


El poder de los votos de los que no votaron

Publicado el 26 de agosto de 2024

En Venezuela no hubo fraude electoral. Hubo un golpe de Estado contra la voluntad popular.

El régimen intentó —una vez más— manipular el proceso, pero se encontró con una estrategia ciudadana impecable que le quitó las herramientas del engaño. Al verse descubierto, optaron por lo único que les queda: la fuerza.

Y para justificar ese golpe, montaron un teatro bufo que ni los suyos logran sostener con convicción.

Hoy quiero enfocar la atención en una de las facetas más silenciadas del fraude fallido:

la exclusión deliberada de millones de venezolanos del derecho al voto.

Y, sin embargo, los que sí pudieron votar le dieron una paliza histórica al régimen.

El CNE —sin mostrar una sola acta— adjudicó 6.408.844 votos al dictador.

Pero incluso si esa cifra fuera creíble (y no lo es), habría sido superada únicamente por los venezolanos que fuimos impedidos de votar.

Dentro del país, entre 1.5 y 2 millones de ciudadanos no pudieron ejercer su derecho por razones como:

Cierre de centros de votación.

Traslados arbitrarios de electores.

Restricciones al registro de nuevos votantes.

Presión directa a empleados públicos y beneficiarios de programas sociales.

En el exterior, la exclusión fue aún más brutal:

Más de 6 millones de venezolanos quedamos fuera del proceso.

Todo esto viola la legislación electoral vigente, que establece que basta con presentar la cédula (incluso vencida) para registrarse o cambiar de centro de votación.

Pero a los venezolanos en el extranjero se les exigió un certificado de residencia permanente y pasaporte vigente —ambos requisitos ilegales— y, para colmo, sin acceso real a consulados.

La cuenta es clara:

Solo con los votos de los excluidos, más de 7.5 millones, se superan con amplitud los votos mágicamente adjudicados al dictador.

Esto demuestra que el verdadero fraude no fue solo en el conteo, sino en la exclusión masiva y sistemática del padrón electoral.

Un secuestro planificado de la voluntad popular.

Es urgente que la comunidad internacional y los organismos de derechos humanos reconozcan esta verdad:

la soberanía del pueblo venezolano fue violada, no solo con mentiras, sino también con omisiones.

Y los responsables no son políticos.

Son criminales.


No ha sido un fracaso: ha sido un avance firme

Publicado el 24 de agosto de 2024

 La célebre frase de Winston Churchill dice: «El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo».

Pero, sinceramente, no creo que hayamos fracasado.

Tenemos un objetivo: 10 de enero de 2025, o antes. Y aunque el camino está lleno de obstáculos, estamos avanzando con pasos firmes y con victorias reales.

Esta ruta comenzó hace tiempo. En el trayecto hemos enfrentado presiones, traiciones, amenazas y sacrificios. Pero también hemos logrado hitos que, hace apenas un año, muchos creían imposibles.

Hoy quiero detenerme a reconocer esos logros, porque no hay mejor manera de avanzar que sabiendo cuánto ya se ha recorrido.

Estamos más allá de la mitad del camino. Y lo más importante: no estamos perdidos, tenemos dirección.

Contamos con un liderazgo claro, encabezado por María Corina Machado, y con un equipo comprometido, disciplinado y coherente.

Nuestra tarea es sencilla pero vital: seguir con atención sus lineamientos y actuar con determinación.

Estos son algunos de los éxitos alcanzados hasta ahora:

Unificó a la oposición, creando una coalición sólida.

Atrajo a millones de venezolanos desencantados, ampliando la base social.

Impulsó una participación histórica en las primarias, incluso bajo condiciones adversas.

Realizó una campaña sin recursos, enfrentando y superando los bloqueos del régimen.

Diseñó una estrategia de defensa del voto que protegió el 80% de las actas.

Mantuvo una red de voluntarios cohesionada y operativa.

Publicó actas escaneadas en menos de 24 horas, garantizando transparencia.

Demostró que los venezolanos excluidos del voto superan a quienes apoyan al régimen.

Logró el reconocimiento internacional de los resultados.

Estableció una comunicación digital en tiempo real y con impacto.

Implementó un sistema de fiscalización ciudadana organizado y activo.

Consolidó una narrativa legítima frente a la ilegitimidad oficial.

Desarmó a la izquierda internacional, dejándola sin argumentos ante lo evidente.

Cada uno de estos logros es una piedra en el puente hacia la transición.

Una transición que, idealmente, será pacífica, pero que tiene como destino cierto el poder del pueblo soberano.

No estamos en el terreno del fracaso.

Estamos en el terreno del coraje, la estrategia y la constancia.

Y si seguimos firmes, unidos y atentos, el final no será una sorpresa: será una consecuencia.


Cronología de un teatro bufo que terminó en crimen

Publicado el 20 de agosto de 2024

Lo que estamos presenciando en Venezuela no es solo una farsa política: es un teatro bufo con consecuencias reales y trágicas. A continuación, repaso esta cronología, que empezó como una burla institucional y ha terminado en crímenes de lesa humanidad.

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🗳️ 28 de julio: El día de la verdad

El pueblo venezolano votó masivamente por Edmundo González y defendió sus votos a costa de su integridad física. Más del 80% de los testigos de oposición obtuvieron las actas como lo establece la ley.

Las redes se llenaron de videos mostrando resultados mesa por mesa. Ni un solo video mostraba la victoria del dictador.

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🕛 29 de julio: El acto de magia

De madrugada, el presidente del CNE leyó un papelito proclamando al dictador ganador. Habló de un hackeo, pero dijo tener el 80% de las actas.

¿Actas? Nunca las mostró. Un truco de magia más torpe que siniestro.

Por la tarde, la oposición publicó una web con cientos de actas auténticas, con firmas, códigos QR y verificación electrónica.

Prueba legal ante cualquier tribunal imparcial.

Más tarde, el CNE proclamó oficialmente al dictador, violando toda norma, todo plazo, toda legalidad. Ya no era magia: era una parodia perversa.

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⚖️ 31 de julio: Se impugna a sí mismo

El dictador introduce un recurso ante el TSJ pidiendo que se certifiquen los resultados.

Jurídicamente absurdo: un contencioso administrativo es para impugnar al poder, no para blindarlo.

¿La intención real? Sacar al CNE del escenario y dejar todo en manos del TSJ, ejecutores legales del fraude, sin mostrar una sola acta.

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🔥 Los días posteriores: del bufón al tirano

El Centro Carter y la misión de la ONU, invitados por el mismo régimen, emiten informes demoledores, confirmando irregularidades y desmintiendo el supuesto hackeo.

La oposición muestra más del 80% de las actas, el régimen ninguna. Mientras tanto, el dictador se esconde detrás del TSJ, escenificando una comedia sin público ni credibilidad.

Y mientras se representa esta farsa, la tragedia avanza:

persecución, desapariciones, torturas, asesinatos y amenazas.

Las víctimas incluyen niños y adolescentes.

Un país convertido en campo de terror institucionalizado.

Pero el miedo se rompió.

La frase de un venezolano anónimo lo resume todo:

«Nos han quitado tanto, que hasta el miedo nos quitaron.»

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🎬 Una puesta en escena grotesca

El TSJ publica fotos de marionetas manipulando cajas con supuestas actas.

Sin testigos de la oposición, sin organismos independientes, sin legalidad.

Una escenografía digna del peor dramaturgo.

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🌍 El mundo mira. Algunos ven. Otros callan.

La solidaridad internacional crece, pero los aliados del régimen siguen mirando hacia otro lado.

Cuatro figuras cargan ya con la vergüenza de su silencio:

Lula, Petro, AMLO y Pedro Sánchez.

Ellos tienen el poder y los mecanismos para detener esta barbarie, pero eligen la omisión.

La historia no será benévola con ellos.

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Este no es un guion. Es una tragedia real. Y aún está en curso.

El pueblo venezolano sigue firme.

El dictador ya perdió el apoyo.

Solo queda ver quién más pierde el alma en el intento de sostener lo insostenible.


Lula, Petro y AMLO: ¿Tres mosqueteros o tres chiflados?

Publicado el 14 de agosto de 2024

Los presidentes de Brasil, Colombia y México están frente a una decisión histórica: cómo responder al triunfo inobjetable de la oposición venezolana. Las pruebas son claras y han sido confirmadas por organismos invitados por el propio régimen, como el Centro Carter y el Panel de Expertos de la ONU.

Pero no solo cuentan con esos informes. Tienen además en sus manos análisis jurídicos, técnicos y electorales de sus propios equipos, y conocen bien la magnitud de las violaciones sistemáticas de derechos humanos cometidas en Venezuela.

Las opciones legales y diplomáticas están sobre la mesa:

Aplicar la Carta Democrática Interamericana (ya lo rechazaron).

Llevar el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Activar mecanismos como el TIAR (del cual México se retiró).

Imponer sanciones diplomáticas y económicas desconociendo los resultados ilegítimos.

O, lo más sensato y alineado con la voluntad popular: promover una negociación para una transición pacífica.

Esta última es la vía que cuenta con el respaldo del pueblo soberano. Es la opción que une justicia con realismo.

Pero todo indica que estos tres gobiernos se inclinarán por otra vía inaceptable: legitimar una sentencia del TSJ que anule el proceso electoral y promueva la repetición de las elecciones.

Eso no es una solución.

Es una traición a la verdad y una burla a millones de venezolanos.

Porque si se repiten las elecciones bajo el mismo régimen y con el mismo CNE, las gana Maduro.

No porque tenga apoyo popular, sino porque a un delincuente no se le da una segunda oportunidad para robar.

La comunidad internacional y los ciudadanos de Brasil, Colombia y México deben alzar la voz.

No se trata de ideología, se trata de dignidad, justicia y memoria.

La gesta del pueblo venezolano merece ser reconocida, no ignorada.

Y mientras se escriben discursos diplomáticos, el baño de sangre anunciado por el dictador está ocurriendo ahora mismo, mientras lees estas líneas.

¿Tres mosqueteros? No.

Hoy parecen tres chiflados jugando con el destino de un país entero.


Dos mentiras y una verdad… versión dictadura

Publicado el 13 de agosto de 2024

El régimen venezolano no solo miente, sino que lo hace con desparpajo y torpeza. Hoy repasamos dos de sus grandes mentiras recientes y una verdad… a medias, que no resiste el mínimo análisis.

🧾 Mentira 1: Resultados sin actas

En la madrugada del 29 de julio, el vocero del CNE —un peón de Maduro— leyó un papelito con supuestos resultados y una denuncia de hackeo al sistema. Curiosamente, en la misma alocución dijo que ya tenían el 80% de las actas transmitidas.

Pero hasta hoy, no han mostrado una sola acta que respalde esas cifras.

¿De dónde salieron esos números?

La respuesta es tan evidente como absurda: salieron del sombrero del mago que hace trucos para sostener una mentira de Estado.

🖥️ Mentira 2: El hackeo que nunca fue

El Centro Carter, organismo que incluso el propio régimen ha validado, desmintió la existencia de hackeo con informes técnicos claros.

Según sus reportes, el CNE ya había recibido el 93% de las actas cuando se denunció el supuesto ataque.

Además, el sistema de transmisión usa conexiones privadas cifradas desde cada centro de votación, lo que hace el hackeo prácticamente imposible.

Aun si hubiera existido alguna alteración, ¿cómo fue que lograron totalizar resultados en tiempo récord?

Otra vez, parece magia… o mejor dicho, manipulación descarada.

🗳️ Verdad a medias: “Venezuela tiene el mejor sistema electoral del mundo”

El sistema de automatización —registro, conteo y transmisión de votos— sí es técnicamente sólido.

De hecho, lo demostró la propia oposición, al presentar actas originales con códigos QR que validan su transmisión al CNE.

Pero ahí termina la verdad.

Porque el Centro Carter también afirmó que el proceso no cumplió los estándares de una elección justa en ninguna de sus fases: ni antes, ni durante, ni después.

Lo que ocurrió fue otra cosa:

El pueblo defendió sus votos, bloqueó las trampas externas al sistema y obligó al régimen a retroceder en su plan habitual de fraude estructurado.

No fue el sistema el que resistió. Fue el pueblo.

Y eso no es magia.

Es dignidad, coraje y organización ciudadana.