Cómo el anuncio de un dictador puede ser premonición de una nueva era para Venezuela
Publicado el 4 de septiembre de 2024
La Navidad, más que una fecha, es un símbolo profundo: el nacimiento de la esperanza en medio de la adversidad.
Su origen no está ligado al lujo ni a los privilegios, sino a la humildad, el exilio, el riesgo.
María y José huyendo de la persecución, dando a luz en un pesebre, trayendo al mundo una luz que cambiaría la historia.
Una promesa de cambio, nacida en la oscuridad.
Hoy, Venezuela atraviesa su propia noche oscura.
Crisis, represión, miedo, exclusión.
Muchos sienten que ya no hay salida.
Pero tal vez, sin saberlo, incluso el dictador ha anunciado lo inevitable.
Su intento grotesco de adelantar la Navidad puede leerse como un cálculo político…
…o como un símbolo siniestro de su propia despedida.
Porque nada ni nadie puede evitar que la luz vuelva a nacer.
Así como Jesús nació en la humildad, lejos del poder y del ruido, la nueva Venezuela está gestándose en la fe, la resistencia y la verdad.
Los millones de ciudadanos que votaron, que defendieron sus actas, que no se han rendido, son hoy los pastores y testigos de esta nueva promesa.
Nuestro pesebre es la calle, el exilio, la protesta.
Pero también es el lugar donde está naciendo una democracia real, con más fuerza, más conciencia y más dignidad que nunca.
No dejemos que nos roben el sentido de esta Navidad adelantada.
Quizá, sin quererlo, el dictador ha dado el anuncio que marca el final de su propia era.
La luz ya se encendió.
Y si algo ha demostrado la historia, es que
la luz siempre vence a la oscuridad.
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