miércoles, 7 de mayo de 2025

Un nuevo rumbo para Venezuela desde Europa

Publicado el 2 de diciembre de 2024

La gestión de Josep Borrell al frente de la diplomacia europea quedará marcada por una tibieza preocupante frente a la tragedia venezolana.

Incluso después del triunfo inobjetable de Edmundo González, la postura de Borrell osciló entre la ambigüedad y la omisión, en lugar de brindar el respaldo firme que necesitaban los líderes democráticos que enfrentan al régimen de Nicolás Maduro.

Pero el tablero internacional ha cambiado.

La llegada de Kaja Kallas como nueva Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad abre un capítulo esperanzador para la causa venezolana.

Kallas, reconocida por su defensa firme de los valores democráticos y liberales, comparte con María Corina Machado una visión ideológica vinculada a la Internacional Liberal.

Esta afinidad no es menor. Es un puente político y ético que podría fortalecer las alianzas necesarias para aislar diplomáticamente al régimen chavista y respaldar a quienes luchan dentro y fuera de Venezuela.

En sus primeras declaraciones, Kallas ha mostrado una disposición clara:

Apoyo activo a la sociedad civil venezolana.

Reconocimiento del carácter estratégico de América Latina para los intereses y valores europeos.

Llamado a una cooperación internacional más firme frente a las autocracias.

Para los demócratas venezolanos, este relevo en la diplomacia europea representa una oportunidad histórica.

Es el momento de reconfigurar el respaldo internacional y de convertir los principios en políticas concretas.

La esperanza renace no por ingenuidad, sino porque la voluntad política puede marcar la diferencia.

Europa no solo tiene la capacidad, sino también la responsabilidad moral de actuar con contundencia frente a un régimen señalado por crímenes de lesa humanidad.

El pueblo venezolano no ha sido olvidado.

Y la llegada de Kaja Kallas puede ser el impulso que reactive una estrategia internacional coherente y eficaz.

Porque el rumbo de Venezuela no se juega solo en Caracas.

También se define en Bruselas, Estrasburgo y cada capital donde aún se crea en la libertad.


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