Publicado el 11 de enero de 2025
Hay días en los que el peso de la lucha parece insoportable.
Donde la decepción se instala, como lo hizo tras el nuevo juramento del dictador y la ausencia física de Edmundo González, símbolo de un cambio que aún no se concreta.
Son 25 años de resistencia, de esperas que no terminan, de golpes duros y finales que no llegan.
Y muchos se preguntan, con razón:
¿Vale la pena seguir? ¿Es hora de rendirse?
🔻 Ellos tienen la fuerza, nosotros la razón
El régimen tiene armas, aliados y miedo como herramientas.
Pero nosotros tenemos algo que ellos jamás podrán robar:
la verdad, la ley y la razón.
Las actas están ahí.
Las pruebas del fraude existen.
Incluso sus aliados internacionales saben que lo ocurrido fue un golpe de Estado a la soberanía popular.
Entonces, ¿qué nos falta?
Tal vez lo que el régimen más desea quebrar:
nuestra determinación.
🧠 La guerra psicológica es más poderosa que las balas
Quieren que creas que no tiene sentido resistir.
Que te sientas solo, agotado, vencido.
Porque si logran apagar la esperanza, no necesitarán disparar.
¿Te das cuenta del poder que aún tienes?
El simple hecho de no rendirte ya es una forma de lucha.
Una forma de decirles: aquí estamos, no nos han quebrado.
🤔 Reflexiona antes de decidir
Si algún día decides dejar de luchar, hazlo con consciencia.
Entiende que esto no se trata solo de política, sino de algo más profundo:
• De la dignidad de un pueblo.
• Del futuro de tus hijos.
• Del derecho a vivir con libertad, sin miedo ni humillación.
Rendirse no es cobarde, pero tampoco es neutral.
Y antes de hacerlo, pregúntate si estás dispuesto a aceptar que una minoría imponga su voluntad sobre la mayoría para siempre.
🔊 Pero hay algo aún más importante
Tu decisión es tuya.
Y debe ser respetada.
Pero si eliges rendirte, no arrastres contigo a quienes aún resisten.
No conviertas tu cansancio en propaganda para el régimen.
No seas eco de la desesperanza.
Porque cada vez que se repite que “no se puede”, alguien que sí quería luchar pierde fuerza.
✊ Resistir también es un acto íntimo
No hace falta estar en primera fila.
No todos gritan en la calle ni marchan bajo el sol.
Pero cada gesto cuenta:
• Compartir la verdad.
• No ceder al miedo.
• Recordar a los que ya no están.
• Apoyar a quien sí puede seguir.
Rendirse o resistir es tu elección.
Pero si eliges rendirte, hazlo en silencio.
Porque mientras uno solo resista, la esperanza sigue viva.
Y la esperanza, en Venezuela, aún es nuestra arma más poderosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario