Aún no conocemos todos los detalles. Aún no hay una versión oficial, aunque sabemos que vendrán las mentiras, las tergiversaciones y los intentos de minimizar lo ocurrido. Pero hoy, lo cierto es que Venezuela ha despertado con una noticia que parecía imposible: los rehenes políticos que permanecían secuestrados en la embajada de Argentina en Caracas han sido liberados.
La sede diplomática estaba rodeada, sitiada, vigilada milimétricamente por cuerpos de seguridad del régimen. Cualquiera hubiera apostado que escapar de allí era inviable. Y, sin embargo, ocurrió. Porque cuando la dignidad se organiza y la libertad se abre paso, no hay cerco que la detenga.
Este no es solo un hecho político. Es un símbolo. Un grito de esperanza en medio del desánimo. Una señal para quienes dentro y fuera del país se sienten agobiados por la represión, el miedo o el cansancio. Un recordatorio de que lo imposible puede suceder... y sucede.
Mi admiración profunda por esos valientes, que resistieron meses bajo presión brutal, sin ceder, sin negociar su dignidad, sin traicionar sus principios. Salen hoy con la frente en alto, convertidos en ejemplo para millones.
Y mi reconocimiento también a quienes, en silencio, planearon y ejecutaron esta acción. A quienes confiaron. A quienes se arriesgaron. A quienes no se resignaron.
Esta liberación es también una bocanada de oxígeno para el trabajo incansable de María Corina Machado y Edmundo González. A ellos les debemos el renacer de esta esperanza colectiva. Ellos siguen allí, firmes, guiando este proceso que avanza, a veces invisible, pero imparable.
La libertad está cerca. Hoy lo sabemos con más certeza que nunca.
Sigamos. No es tiempo de dudar. Es tiempo de creer.
Como tu dices una bocanada de esperanza, fuerza y fe, los buenos somos más, dios con nosotros, sigamos apoyando con nuestras oraciones la lucha por la libertad de Venezuela, peor es no hacer nada.
ResponderEliminarGracias por este artículo, sigamos adelante. Somos una gran mayoría de Venezolanos que hemos luchado por muchos años hasta ver retornada nuestra libertad. Ha sido un sistema de secuestro, no hay un gobierno!
ResponderEliminarExcelente Gustavo
ResponderEliminarEstimado Gustavo: La lecura de"Bolivita" me ha traído algunas reflexiones que quisiera compartir contigo y los seguidores de tus escritos que tengan la gentileza de leerlas.
ResponderEliminarComienzo por decir que el estilo narrativo es claro, preciso y sencillo, sin palabras rebuscadas o altisonantes, lo cual lo hace accesible a todos los niveles de lectores.
Los personajes y sus historias, aunque ficticios, relatan claramente una realidad de la cual hay millones de testigos dentro y fuera de nuestro país que darían fe' de su veracidad.
El libro, en su totalidad , es un testimonio irrebatible de esta oscura etapa de nuestra historia para las futuras generaciones, a quien proveera' de una visión crítica que les guiara' para continuar la lucha por que no se repitan las atrocidades e injusticias que en e'l se narran. Igualmente a la generación actual para que no bajemos la guardia.
Felicitaciones por tu patriótica iniciativa y gracias en nombre de todos los venezolanos y nuestros vecinos latinoamericanos.